domingo, 26 de febrero de 2017

EL MIEDO QUE ACHICA LOS PLANES.


Como regalo de navidad pediría algunas agallas. Esas que me hacen falta para mirarte, tomar aire y hacerle frente a esto que tanto cuesta en palabras. Me gustaría poder decirte que te quiero, contártelo y recibirlo con el mismo entusiasmo que lo diría yo. Quisiera animarme para poder decirte mis intenciones que te quiero cuidar, que te quiero acompañar, que quiero tener primera fila en tu sonrisa.
Para los reyes pediría coraje para poder mirarte, tomar aire y hacerle frente a este miedo que me invade. Pararme de guantes con cualquiera que diga que no puedo ni debo quererte.
Para mi cumpleaños pediría ambas para decirte todas las verdades que nunca me anime a decirle a nadie. Nisiquiera a mí. O colocarme los guantes y boxearme con ese miedo que me calla y chicanea cada vez que te tengo enfrente.

¿Miedo? Si! Me invade el miedo al quererte, al miedo del mañana, al miedo a tu respuesta, al miedo a equivocarme.  Poder hablarte sin el miedo de que sea demasiado pronto y puedas asustarte. Decirte cuanto trate de ignorar y esconder (me) el caos que causas en mis certezas. O las veces que trate de convencerme que solo eras un capricho (aunque ya perdí la cuenta de tantas veces que lo pensé así). O las veces que casi logre creerme las veces que me dije” tengo todo controlado”. Quisiera poder animarme a contarte que sinceramente te quiero a pesar de que no estabas en mis planes.  

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